Con 35 kilómetros de extensión y más de 260 vagonetas surcando el aire, fue una de las
construcciones de ingeniería más asombrosas del mundo en su época.
Hoy, sus 262 torres esbeltas y sus 9 estaciones silenciosas siguen ahí, recordándonos lo que fuimos capaces de soñar… y de hacer.


Esta producción es una iniciativa del intendente para rescatar su historia, su valor patrimonial y el trabajo colectivo que lo está devolviendo al presente.
Porque el Cable Carril no es solo una postal del pasado:

Es símbolo de identidad.
Es memoria viva.
Y, sobre todo… es futuro.