En la provincia de La Rioja, la industria ha sido históricamente motor de crecimiento y empleo, con un parque industrial que concentra empresas textiles, de calzado, farmacéuticas y de alimentos. Sin embargo, hoy ese mismo parque industrial enfrenta una dura crisis, con numerosas fábricas que han cerrado sus puertas en los últimos meses, dejando a cientos de trabajadores sin su fuente de ingreso y debilitando el entramado productivo provincial.
En Chilecito, la producción se vincula principalmente con la agroindustria: vid, olivo y nuez, junto con alimentos regionales que forman parte de la identidad productiva del Valle del Famatina.
Más allá de la importancia histórica y productiva, hoy la industria riojana atraviesa un panorama complejo. El cierre de la fábrica de jugos INCA, que durante años fue referente de la producción regional, dejó a numerosas familias sin empleo y encendió las alarmas sobre la sostenibilidad de las inversiones en el sector.
A su vez, la reconocida Cooperativa La Riojana, emblema vitivinícola de la provincia, enfrenta una difícil situación económica que refleja los desafíos de competir en un mercado cada vez más exigente, con altos costos internos y una baja del consumo.
La inflación, la caída del poder adquisitivo y la falta de incentivos a la producción hacen que muchas industrias locales trabajen al límite de sus posibilidades. El cierre de fábricas y la pérdida de empleo son un golpe directo a la economía regional, que requiere medidas concretas para proteger a los sectores productivos.
Sin embargo, el potencial sigue presente: sumar valor agregado a las economías regionales, apostar a la exportación y fortalecer la identidad productiva riojana son caminos posibles para salir adelante.
El Día de la Industria no es solo un homenaje al pasado, sino una invitación a reflexionar sobre el presente y el futuro. En La Rioja y en Chilecito, donde la industria significa trabajo, arraigo y desarrollo, la consigna es clara: proteger y fortalecer lo que se construyó para que la producción siga siendo sinónimo de oportunidades.
La crisis industrial no es solo provincial: en los últimos años, miles de pymes e industrias en todo el país han cerrado sus puertas, incapaces de sostenerse frente al aumento de costos, la baja del consumo y la presión impositiva. A este escenario se suma la decisión del Gobierno Nacional de abrir indiscriminadamente las importaciones, lo que generó una competencia desleal para los productores locales.
El resultado fue claro: productos extranjeros más baratos inundaron el mercado, desplazando a la producción argentina y provocando la pérdida de puestos de trabajo. Para los industriales, esta política debilitó la capacidad de crecimiento de un sector que históricamente fue motor de empleo y desarrollo en la Argentina.